En el camino, Señor, aparta de mi, no el dolor, que yo sé que estará, pero si la herida que me impida amar.
Aparta de mis pasos, no los obstáculos que pertenecen a la historia, pero si las caídas que no tienen recomienzo.
Aparta de mi corazón, no los pensamientos y sentimientos negativos, que un día y otro nacen en él, pero si el recrearme en ellos.
Aparta de mi, no la furia, la ira y el descontento, que tan justamente brotan con fuerza, pero si su camino destructor. Amén
domingo, 28 de noviembre de 2010
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Me gustan tanto todos tus escritos, pero me tuve que parar muy necesariamente en este, ya sabes e imaginas el porque.
ResponderEliminarTe diré que nada mas que mirar la foto la mente se llena de ternura y alegría.
Un abrazo
Carmen Raya.